lunes, 19 de noviembre de 2012

Freddy Ñáñez: Ícaro


Freddy Ñáñez (Petare, Miranda, 1976)

El poeta Iván Cruz (Ciudad de México, 1980) nos presenta una muy valiosa selección de poetas venezolanos de las últimas promociones, la poesía que se ha escrito durante el gobierno de Hugo Chávez. Asimismo nos ofrece una nota introductoria para acercarnos a esta importante tradición lírica.


Ícaro



Hay un hombre cayendo

constantemente

en el ascenso del pájaro.



Es cierto

Hay,
            en el vuelo del pájaro,

                    en su aleteo infatigable,

 un hombre

tocando

fondo



Pero nunca ocurre lo contrario


Cuando el pájaro

expande

en

ausencia



Y

como

puño

cerrado

encuentra

el

polvo



se detiene de golpe

                   para siempre

en su sombra



             Nadie sube

                              Nadie cae

                otra vez



Todo se porta

         inmóvil

               Como

                la



                V

                E

                R

                T

                I

                C

                A

                L

                I

                D

                A

                D

miércoles, 10 de octubre de 2012

Mohamed Khair-Eddín: El rey (*)


Por si algun@ le interesó los trozos del poemario 'Nausea Negra' versionados libremente por mi, reproduciré, aquí, los fragmentos del poema 'El Rey' tal y como los tradujo el insigne cubano Rogelio Martínez Furé y tal como aparecen en el libro incluso con mayúsculas, separaciones, cursivas y puntos suspensivos.

.................................................................................................
como tu estatua remodelada en mi cal

arranco los clavos de mi cuerpo demasiado alto para ser llorado
doy mi sangre hasta quemarme
tus lunas eróticas estallan en mi ruta
mordidas por perros
tu trono rueda abismo de atentados sobre el yelmo de las nubes
y azota tu espalda de lechuza en mi ventana
..................................................................................................
por las yeguas de tu juventud
por los rápidos de Nigeria y las flotillas del canto de Ifni
por los mármoles de los palacios de combate en tiestos de lynch sin grietas
el lider de los cavadores de abismos
te da una muerte mas cortante que la navaja de las olas

por tu barbada de mil patas y de Vesubio con salamandras
por tus husmos lleno la risa mural de Marrakech
por los platos donde comes mi frialdad y mi cirrosis
por tus trigos sarracenos con flor de llamas
de tu toga
desciendo
alto
toco a muerto por el rey que muere en las palmas de mis manos
por el rey cuchicheando en los invernaderos del estanque
.....................................................................................................
tú nos ataste al ramo marchito de antes del diluvio
tú nos convocas a querellas hipotéticas
tú nos amnistías y rascas nuestros rostros con reproches
mudo mudo como el agua de la muerte
como un disparo en el corazón de mi corazón
tú nos secuestras

mi mesa quedó desierta mi familia que es la de los arácnidos
y los saurios invadió tus ojos desérticos
y el Mosquito se bebió el mar delante de los Ransés de tu rayo

rey censurador
rey ventisca de aguja en hilo de hilo en aguja me cubres
con una nube de langostas de la que mis gritos se recuerdan
vuelvo a encontrarte en una trinchera de Hitler redactando
las peripecias de tu cabalgata de onagros y de insidiosas crecidas
aguacero vasto entonelando la desesperanza de los amaneceres desplomados

rey tirador
y la roja savia pone una corbata al cedro
y el río repite la sed y el hambre
de la mujer que pare cólicos
encima de un corán depuesto hez agusanada en la esclusa de mi fuga
y los pueblos se frotan las caderas contra los setos del pie de tu vanagloria
y digo nombres de báraka y de sufrimiento agazapado entre las hojas del otoño
nombres de la fuente que el muecín descubrió en la onza sin hablar
que me ofreces
oculto mal mi soledad
nombres de laurácea aurífera
nombres de cavernas neurasténicas
y porque mis cabellos desentierran la catástrofe
en la calle difundo tus nombres de viruela
perfumada con gotas de noctuela

pero tanto peor tiempo de ranúnculo halando el pantano
tanto peor si saquean las venas de mi piel asesina
sabiendo que sobrevivir a la réplica es playa donde se apoya la mañana para recobrar su salud de águila
cabezas hechas rodar por los cuchillos de mis vértebras
ciudades en tambores
y bodas quizás piensa la arena
de hombres en
mis rosetones y mis pestañas de Kol

no obstante que un hipo de rada
silba y toca
mi voz
al rey de avería en sarcófago
lo aplasto animal ya desde el Ombligo
apaleado de eclipse
contra el plano muy verde de mi silencio
donde el sueño escucha al sol

ni rey
ni furor
sino este poder de un día mudado en sismo
naufragado
entre la negra leche de mi palmar

__________
(*) Fragmentos de 'Le roi' (Les Temps Modernes. París. No. 248, enero de 1967; Brive, Éds. Jean Paul Michel. Aparecidos en la antología 'Diwan africano. Poetas de expresión francesa'. Selección, traducción, prólogo y notas de Rogelio Martínez Furé. Editorial Arte y Literatura. Palacio del Segundo Cabo, O'Reilly Nº. 4. Ciudad de La Habana, Cuba.

Mohammed Khaïr-Eddine (*): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -y 8


Mohammed Khaïr-Eddine (Mojammed Jáir-Eddín): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -y 8

Conspiré contra mi memoria. Puede que la encuentre vacía,
enmohecida en odre de mendigo, ahora que, hasta los tibios
rayos, llegan a mi piel encaramados en helados latigazos.
Me desprenderé de esa argamasa dolorosa de la vaciedad.
Seguiré a ese muchacho solitario que no regresa jamás,
sino que elabora sin mas la muerte con lagartos rechisecos.
El día menos pensado violaré el ojo que me oculta el mar.
Salvo la mezcla móvil él me aborda en los curvos meandros.
Sobresalgo breve. La frente se extiende hasta las burbujas.
Hace imagen en la frase arterial donde el agua se arremolina.
Voy escamando mi fiebre y, pálido de muerte, me explico.
Me explico, pormenorizadamente, por sextantes y quijadas.
Si me senté fuera de mi arboladura fue para contemplarme.
Permitanme que me confunda, que me subleve, derrotado.
Dicen los guarismos: prolifero en el huevo, ruedo, me paro.
El aguacero eterno de las sorpresas me consagró jardinero.
Instalo en otra parte, generoso, la abierta claridad del mozo.
En otra parte, cansadísimo, llamo a la mirada somnolienta.
Me acuesto en el vidrio como mi madre me trajo al mundo.
Y cara de palo me cuelga. Aquí acabo yo por fin mi lucha.
Un rey se queda de pie, a pico y pala, barriendo las mesas,
y escupiendo el apocalipsis por miedo a los ahogamientos.
Sapo, al menos ciego, camino muy derecho en mi corazón.
Lo reviento sin ninguna consideración como un forúnculo.

(*) http://en.wikipedia.org/wiki/Mohammed_Kha%C3%AFr-Eddine

http://fr.wikipedia.org/wiki/Mohammed_Kha%C3%AFr-Eddine

http://www.fabula.org/actualites/dossier-mohammed-khair-eddine_10224.php

http://www.bladi.net/forum/23723-khair-eddine-enfant-terrible-litterature-maghrebine/


Mohammed Khaïr-Eddine: Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -7


Mohammed Khaïr-Eddine (Mojammed Jáir-Eddín): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -7

Muerte, hiena voluntaria, tu eres lo que reclamo, proclamo.
Acabo hace poco tiempo de desenterrar mis dudas fútiles,
¿es necesario acaso, tal vez, que te pegue, y muela a palos?
Tus inclinaciones, tus gustos, me repugnan, muerte, hiena,
bien conocida palabreja de los idiomas de donde procedo,
sé cincelarte, agravo, mancillo tu perfil, muerte, hiena negra, 
¿pero cómo expulsarte? Ni siquiera tengo poder a repatriarte.
Yo, sin techo, muerte, hiena apestosa, si, lograré vomitarte, 
y te arrojaré y te entregaré averiada a tus incertidumbres.
Mas eres toda ascuas, brasa viviente de mis inquietudes
y la arena en chisporroteos estallaba como puñado de sal.
Hubo que esperarme, si, a que me decidiera a rebelarme.
En tus cóleras, muerte, yo era inocente. El aire me quería.
Yo era mi propio ancestro. Muerte, hiena llena de amuletos,
él es un huracán que iza el sájara por encima de tus cóleras.
Ahora bien, aquí estamos presentes para un raro combate, 
muerte, cadáver en busca de otros cadáveres, asesinados,
¿donde heredé débil cobarde el mundo que es acaso fijeza?
...

Mohammed Khaïr-Eddine: Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -6


Mohammed Khaïr-Eddine (Mojammed Jáir-Eddín): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -6

No, no describiré un pájaro
que se lanza, coge fuego.
Acaso no fui mas lejos
que lo que promete un campo
y no hay manos afuera
de sus cuerpos vivos,
ni hay carne que no sepa 
descubrirme uno o dos centros.
Viajaré, me pagaré
diezmos que son mi dolor.
Un día funesto transcurre
mas aprisa que su ruido
y mi sombra se ve aun
como una mancha de aceite.
Mis muertos ya los he visto,
hasta vivido de verdad.
Déjenlos reinventar rocas,
sacudir tierra con sus manos.
Si se marchan, no digan no
lo que los vigilantes dicen.
Pues no saltan su presente,
ni reproducirán fantasmas,
pasan y vuelven a pasar
retorciendo las tinieblas,
rompiéndole las amarras
a un hermoso bergantín
listo ya a doblar la vida.
...

martes, 9 de octubre de 2012

Mohammed Khaïr-Eddine: Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -5



Mohammed Khaïr-Eddine (Mojammed Jáir-Eddín): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -5


El poeta eres solamente tu.
Si, tu, que te vas perdiendo,
precisamente en el tiempo
que la sangre del mundo,
acribillado, herido de muerte,
como ese soldado de 1941
que llama a mi memoria
y no encuentra una salida
mas grande que mi vida
abierta sobre un desorden.
En mi patria, todo este año,
los higos están madurando
hasta... hasta en el peñasco.

Que sangra.

Y he aquí que la habitación
no tiene holgura suficiente.

El poeta, si, solo eres tu.
Precisamente tu, que comes
de las nostalgias del porvenir. 
...

Mohammed Khaïr-Eddine: Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -4


Mohammed Khaïr-Eddine (Mojammed Jáir-Eddín): Trozos de Nausée Noire (Nausea negra) -4

Un perro se pone a ladrar
en una parte de mi corazón.
Su lengua quiere hostigar
a los que me cogen la vida.
Los que gustan de beber
litros de mi sangre negra.
Un perro quiere rastrear
a los chacales que matan
a mordiscos mi propia vida.
Mi vida, si, toda mi vida.
Que es camella extraviada
en su huida, fuga desértica
donde se va perdiendo
toda mi sangre negra.
Su leche, ¡oh mis ancestros!
Un perro corre con ojos
desorbitados y blancos
de aquella leche perdida.
Un perro que ya no ve
ni huellas, ni caminos
y, sin embargo la calle
gatea hasta la ventana.
Trae de nuevo una miseria
que un servidor fabrica,
ustedes lo harán también,
la sola y única certidumbre.
La camella que decimos
perdió su leche en el yermo.
Tal vez corrió bajo la arena
como el agua del río Draa.
A lo mejor, tal vez, llenó
de mis dolores el océano
con una sangre negra 
que fue leche de camella.
...