martes, 16 de diciembre de 2008

Iswe Letu: Versión libre de un poema de Abdelatif Laabi

ni fui el primero, ni seré tampoco el último
antes y después he pensado en los otros
en el mismo espesor de dolores infinitos
cortados en los vértigos de la resistencia
y he llamado con la voz rota en la garganta:

resiste camarada, si, resiste camarada
tus primeros pasos en la bárbara noche
tu corazón suspendido de los miedos
unos guijarros te ahogan la garganta
la sangre derramada en las entrañas
la angustia de lo que no es el hombre
la inmensa soledad te va corroyendo
y gritos terribles de muchas gargantas
atraviesan como un rayo las paredes
para rebrotar de nuevo en tu pecho

resiste camarada, si, resiste camarada
conozco de sobra los diez pasos exactos
que giran esperando la luz que nunca llega
conozco de sobra el idioma de los muros
y los sufrimientos resumidos y datados
los estratos del arrojo y valor acumulado
arrancados a la cal y al hierro oxidado
conozco de sobra aquello que piensas
las divisiones de los tiempo sin relojes
en grandes oleadas de vigilancia cierta
segregando las mareas de la esperanza
de pie, marcha, gira la luz salvajemente
aspirada por barrotes herrumbrosos
en la hora de la fiera que se aproxima

resiste camarada resiste
no dejes ni un poquito
de la sopa que te tiran
ni unas migajas de pan
cúbrete como puedas
intenta descansar algo
cuida tu preciosa salud
reúnete con tus fuerzas
duras rocas por demás
hierro muy bien templado
en afrontar al enemigo
con tu humilde soberbia

resiste camarada
y con algún esfuerzo
verás desmoronarse
los castillos de arcilla
huir tropas de enanos
fundirse sus armas,
escudos y espantajos
empero lo que importa
es ver el primer rayo
de una aurora esencial
iluminando las ráfagas
sobresalto del hombre
en conjunción iracunda
pensando en la patria
en el pueblo que lucha
en la brisa estremecida
con su enamoramiento
y conmoverse llorando
justamente una lágrima,
o dos de suma alegría

resiste camarada, si, resiste camarada
eleva orgulloso tu cabeza de rebelde
ese dolor que te atraviesa el cuerpo
es sin duda el pan y la sal compartidos
es sin duda el umbral de la fraternidad
de los hombres con manos milagrosas
cada vez con más fortaleza y arrojo
es sin duda el muro al que golpean
es sin duda otro cuerpo que torturan
es sin duda el verdugo que se mutila
cada vez con más fortaleza y arrojo
el odio se forja en este yunque
ladran por doquier perros rabiosos
exhalan aquellas hienas su aliento
pero el hombre tendido, colgado allí
es un ejemplo, dueño y poseedor
hombre embalsamado de estrellas
el hombre de la larga caminata
que se amplifica y multiplica
en los humillados del mundo

resiste camarada, resiste
doquiera que estés encarcelado
laten a la vez nuestros corazones
con tanto brío, con fuerza tanta
que nada podría en adelante
detener ese toque a rebato
de la justicia que va a la cita.



*

(Versión libre del poema de Abdelatif Laabi 'Resiste, camarada')

*

Versiona Iswe Letu

martes, 25 de noviembre de 2008

Erwin Areas: Hoy me acuerdo de vos

Cómo no recordarte

cuando aquí mis compañeros brigadisas

hablan de sus novias en Masaya...

Cómo no recordarte

Amelia



Erwin Areas

(Nicaragua)

Epoca sandinista

sábado, 8 de noviembre de 2008

José Antonio Labordeta: días escolares

José Antonio Labordeta: días escolares

Hoy no ha venido a clase
Ramón Cabeza

Sus frases en la mano
de tierra hablaban
de gestos solidarios,
de paz hermana.

Alguien se las truncó
antes del alba.
Sus frases en el aire ahora cabalgan.

Hoy no ha venido a clase
Ramón Cabeza

jueves, 6 de noviembre de 2008

Otto René Castillo: Obreros del Algodón

Obreros del algodón


...
Pero Macario Santiago
ya despierta.
Y cuando lo haga
en siempre,
¡Su tormenta
habrá comenzado
también
a fecundar el alba!


Otto René Castillo

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Anónimo: Levanteme, oh madre

Levanteme, oh madre,
mañanica frida,
fui a cortar la rosa,
la rosa florida.
Malo es de guardar.



Anónimo

viernes, 3 de octubre de 2008

Jacinto Herrero Esteban: poema navideño




















En Belén, esa villa, la casa de David,
no le dieron posada al que está por venir;
decía el hostalero que los pobres allí
íbanse a un cobertizo en la noche a dormir.

Mano a mano que fueron al establo llegados,
hallaron un pesebre para el asno cansado;
había por acaso un buey enamorado,
cuyo aliente tenía el heno escalentado.

En la noche cerrada vieron lumbres arder,
cual vemos por agosto en los cielos correr;
supieron los pastores estos signos leer,
que un niñuelo entre el heno habría de nacer.

Dicho lo dejo esto el varón Isaia,
que una doncella pura pariría a Mesía;
ella como la luna toda resplandecía,
que la lumbre del sol en ella esclarecía.

El sol como de noche, estábase escondido,
que lo que ver pudieron era un niño dormido;
el niñuelo es la paz que habían prometido
los ángeles cantores a todo bien nacido.

jueves, 2 de octubre de 2008

Iswe Letu: Abominando de la mera Espectación

Empujados a la Revolución.

Por Iswe Letu

Somos millones. Asistimos de espectadores a una de las crisis periódicas del capitalismo, que ya mentara Marx (D. Carlos), que no hemos provocado. Así mismo, fuimos testigos, hace pocos años, de una guerra que, obviamente, no originamos. Y hasta la encontramos hermosa, con sus fuegos de artificio y todo. Eso si, nos ocultaron los cadáveres y los heridos, el dolor y el llanto. Como ahora apartan las angustias de la crisis en millones de personas que no llegan (no llegamos), apenas. a fin de mes con los dineros, que sudan (que sudamos) la gota gorda y negra para pagar las hipotecas de casa, coche, muebles... Y, encima, tienen (tenemos) que comer todos los días.

Hemos dicho que somos espectadores, porque lo somos, de las idas y venidas de los culpables de esta crisis, de los cierres o quiebras de bancos, de como unos se engullen a otros, oímos las alternativas para evitar esos sobresaltos, escuchamos, atónitos, como maniobran, descaradamente, para sacarnos (robarnos) el dinero de nuestros bolsillos, ya de por si, estilizados y exíguos, con el fin de salvarse ellos (los ricos del mundo) de una crisis que han parido. Y nos quedamos parados ante esa monumental rapiña.

Si, somos espectadores. Estamos paralizados. Y nos gustaría deciros, y decirnos, con palabras del gran poeta Aimé Césaire: "Guardaos de cruzar los brazos en actitud del espectador, pues la vida no es un espectáculo, un mar de dolores no es un proscenio, un hombre que grita no es un oso que danza".

Nos tienta la Acción (por eso escribimos), porque, efectivamente, la crisis y su cortejo de angustias, dolores, gritos, no es una escena circense; más, para ser actores de esa Acción, necesitamos un bagaje ideológico, organización, un programa, armas... que no tenemos; aun así, lo repetimos, nos tienta la Acción, nos atrae la Revolución, nos concita la Rebelión, nos zarandea la Protesta...

De momento, solo poseemos la Rabia. Y algunas alternativas o soluciones, ante lo que se avecina, como por ejemplo: nacionalización de los bancos y grandes empresas para que, así, sus depósitos sirvan a pequeñas y medianas empresas, a los trabajadores asalariados, al pueblo en general; pero no nos quedamos ahí, sino que abogamos porque los culpables sean juzgados y castigados con cárcel, y allí se pudran.

Tenemos que reconocer, eso si, que, esto, huele a 'rancio' socialismo revolucionario, a comunismo. Pues si, abogamos por ese 'rancio' socialismo y comunismo. Rancio, claro, para ellos, para los mandamases del orbe que manejan el cotarro a su servicio y que, seguramente, agitarían estas alternativas como si se fuera cernir sobre los trabajadores el fantasma de la expropiación de toda propiedad; nada más cierto: de lo que se trataría es de que, este socialismo o comunismo, revolucionarios, les quitaría esas angustias de finales de mes, del miedo al paro, al hambre, viéndose libres de la coyunda del capital.

En fin, ha habido algunas tímidas manifestaciones de protesta en contra de ese enorme ladronicio que quieren perpetrarnos. Poca cosa. Por ahora. Tal vez, quizás, a lo mejor, se vaya extendiendo, por la aldea global (de la que nos hablan), esa tendencia revolucionaria, esa inclinación a la rebelión, esa protesta contra el poder establecido... que ahora nos tienta a nosotros.

De momento, solo somos espectadores dolientes ante esas idas y venidas de los provocadores de esta crisis. Millones de espectadores los miramos. Miles de millones. Por el contrario, ellos son unos pocos. Algo es algo. Alguna conclusión sacaremos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

José Mª Amigo Zamorano: 'No todo se puede digerir'

Lo acabábamos de adoptar. Hacía pocos días. Era negro. De ojos saltones, brillantes, color de miel. Le íbamos cogiendo cariño. Jugábamos con él. Nunca se cansaba. Era buena señal. De buena salud, creimos.

Y desde el primer momento se llevó muy bien con el otro de raza blanca. También lo habíamos adoptado. Menos vivaracho, más tranquilo. De ojos azules un poco tristes.

Nuestro primer hijo dijo en tono de broma:

-Es un ensayo de multiculturalismo.

No lo decía porque se sintiera celoso, no. Había sido él, precisamente, el impulsor de las adopciones.

Este negrito comía mucho. De todo. Incluso le comía parte de la ración del otro.

Nuestro hijo decía:

-Un día, revienta.


-¿Por qué? Tiene hambre. Sabe dios dónde habrá estado... Mira esas pobres gentes que vemos en la tele... -razonó mi marido.

Entonces nos vinieron de golpe las imágenes de muchedumbres hasmbrientas rodando por caminos sin fin... las pateras atestadas de negros y negras, casi siempre delgados, pero no famélicos, dignos, aunque muchos de ellos tambaleantes por los muchos días de navegación sin comer y beber...

Era entonces cuando nos encorajinábamos. Atropellándose para salir a la memoria los hechos más crueles que la rapiña mundial había causado en la humanidad doliente y nos cagábamos en el capital imperialista y deseabamos que los pueblos del mundo corrieran, como hacía nuestro negrito particular tras el blanco, para romperle la coyunda que los ataba a la miseria.

Incluso personalizábamos individualizando en un personaje, más bien personajillo, pero otroz, a ese capital sin entrañas, bañado en sangre de los pies a la cabeza como dejó dicho Marx (D. Carlos) Le poníamos nombre: Leopoldo, rey de los belgas que tuvo para el solito al Congo. Al que robó y esquilmó. Y asesinó a miles de pobres congoleños. Y en ese empujarse para salir del olvido al teatro de muestro recuerdo salieron en primer lugar aquel horror de 'El corazón de las tinieblas' de J. Conrad o párrafos de la novela 'El fuego de los Orígenes' del congolés Emmanuel Dongola como este:

"Cierto día una veintena de abrumados obreros se negaron a continuar el trabajo pese a las amenazas del ingeniero jefe. El contramestre eligió cinco hombres al azar, entre ellos a Djermakoye, les puso un collar de dinamita alrededor del cuello y les hizo saltar por los aires. Lo demás volvieron inmediatamente al trabajo"

Pero no es lo mismo verlo por la televisión o imaginarlo leyéndolo que contemplarlo, a pequeña escala, en la proopia casa. Aquí la animalidad adquiere carta de naturaleza. Dura. No a los extremos del texto de Dongala, claro. Pero dura. Sin el cendal de la imagen o de la letra. Ahí lo teníamos, al negrito, comiendo y comiendo, voraz. Sin saciarse. A todas horas. Lo que fueses. Por lo que no nos asambrábamos de sus abundantes cagadas.

-¡Qué cagadas! ¡Cómo huelen, madre mía! -exclamaba nuestro hijo mayor.

Así debieron de ser los excrementos dejados por el rey Leopoldo, abundantes y hediondos.

Hemos seguido citando a este individuo. Mal hecho. Porque leopoldos ha habido en todas épocas y lugares. Y en una escala muy superior. Por ejemplo: la reina Victoria, de la Inglaterra victoriana imperial, le dio sopa con ondas a Leopoldito; o Felipe II de España... Y olvidándonos de monarcas y lechuguinos, o de lechuguinos y monarcas, recordamos las tropelías que los yanquis han hecho en los últimos años de nuestra historia y lo transforman en un enanito: el enanito Leopoldito.

De modo que al ver este negrito corriendo tras el blanquito, en nuestra casa, es como una representación de lo que harían los pueblos del mundo, los pueblos pobres del orbe, con los banqueros, generales, terratenientes, rabinos, imanes, obispos... si pudieran: se los comerían sin masticar... aunque después vomitaran... ya que todo no se puede digerir.

Lo decimos porque nuestro negrito particular, oriundo de España, callejero, vomitó el otro día. Al principio nos preocupamos. ¿Qué le habría pasado?... ¿Lo alimentábamos mal?... ¿habría ingerido algún veneno?... ¿Estaría caducada la comida?... Mas viendo, porque lo veíamos a diario, lo mucho que tragaba lo consideramos hasta lógico. No todo se podía digerir.

Empero, contemplando, como lo veíamos ahora, lo que aparecía a nuestra vista, el negro corriendo feroz a por el blanco, y arrancándole, como le arrancaba, pelos de la cabeza, ¡todo un mechón de pelos blancos!, con las uñas, y con las uñas se los llevaba a la boca y se los tragaba... enteros... el negrito... de ojos saltones... brillantes... color de miel... al que le íbamos cogiendo cariño... el pequeño de pelo de azabache... el gatito de pelo negro... el gatito negrito... ¡claro!... luego devolvía los pelos... los vomitaba...

Pues no todo lo que se come se puede digerir.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Txomin Goñi Tirapu enfrentándose con el poder

Como espectadores, y no como activos participantes, vemos todos los días en tele, u oímos por las radios, tal vez leemos en los periódicos polémicas y más polémicas: que si el Losantos y la Cope dijeron y la Ser contestó; el Rajoy por una parte y el Zapatero por otra se liaron y bla bla bla ¡Todo el circo mediático de la Monarquía! Y parece que en este mundo todo es así, de color de rosa. Luego vemos que continuamente son represaliados de distintas formas los auténticos luchadores del pueblo: esos que luchan honradamente contra injusticias y desafueros sin que detrás de ellos esté ninguna empresa, banco o sindicato, solo los que como él no se dejan amedrentar por el poder capitalista.
Esa es la cuota que les tiene reservada la Monarquía a los que no apean de sus labios que España mañana será republicana y no olvidan el origen espúreo de esta corona.

De entre las manifestaciones de esa represión, señalamos aquí, en este video, la ejercida contra Domingo F. Goñi Tirapu, vean:

http://www.dailymotion.com/video/x301qu_proceso-a-txomin-goni-tirapu_news

miércoles, 18 de junio de 2008

A los 25 años de la muerte de José Bergamín

Leemos en 'gure liburuak' nº 18 Zka. (EUSKAL HERRIKO IRAKUBLE KLUBA) boletín de la editorial Txalaparta bajo el título 'Bergamín en el recuerdo':



El 25 aniversario de la muerte de José Bergamín, acaecida el 29 de agosto de 1983, es la excusa para que sus amigos, entre los que se encuentran Miguel Castell, Alfonso Sastre, José Félix Azurmendi, Xabier Sánchez Erauskin, le brinden su cariño en torno a una serie de actos culturales que están preparando en su recuerdo 'queremos agradecerle el regalo de su entereza, de su humor, de su amistad, la huella profunda de su pensamiento y escritura y, desde luego, su amor por nuestro pueblo... '.

José Bergamín nació en Madrid en 1895. Escritor de la generación del 27, poeta, ensayista, autor de teatro, creador y director de la revista Cruz y Raya. Fue activo miliante de la cultura de la República, Presidente de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y del Congreso Internacional de Escritores en Valencia. Exiliado en América y Europas... Insobornable crítico de la Transición, se autoexilió en Euskal Herria y falleció en Donostia.
El libro 'José Bergamín. Escritos en Euskal Herria' contiene una selección de los últimos artículos que el autor publicó en 'Egin' y 'Punto y Hora de Euskal Herria', cuya edición corrió a cargo de Xavier Sánchez Erauskin.

Luego el boletín de la editorial Txalaparta termina con unos versos de José Bergamín:



"Fui peregrino en mi patria desde que nací
y fue en todos los tiempos que en ella viví
y por eso sigo siéndolo ahora y aquí
peregrino de una España que ya no está en mí
Y no quisiera morirme aquí y ahora
para no darle a mis huesos
tierra española"

FOTO: TUMBA DE BERGAMÍN EN FUENTARRABIA. EL QUE LA MIRA ES, CURIOSAMENTE, MARAGALL EL QUE FUERA PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD DE CATALUÑA.

martes, 10 de junio de 2008

AGOSTINHO NETO: Algunos poemas

1.-
Aquí estoy yo
Mussunda amigo
aquí estoy
contigo
con la firme victoria de tu alegría
de tu conciencia
O ió kalunga ua mu bangele
O ió kalunga ua mu bangele-lé-lelé…
Cuando volví
las casuarinas había desaparecido de la ciudad.

Y también tú
Amigo Liceu
voz consoladora de los ritmos calientes de la fiesta
en las noches de los sábados infalibles…


2.- “Fuego y ritmo”

Sones de grilletes en las carreteras
cantos de pájaros
bajo el verdor húmedo de los bosques
frescura en la dulce sinfonía
de los cocotales
fuego
fuego en el césped
fuego sobre las calientes planicies de Cayatte

Caminos largos
llenos de gente llenos de gente
llenos de gente
en éxodo de todas partes
caminos largos hacia los horizontes cerrados
más caminos
caminos abiertos por encima
de la imposibilidad de los brazos

Hogueras
danza
tam-tam
ritmo

Ritmo en la luz
ritmo en el color
ritmo en el son
ritmo en el movimiento
ritmo en las grietas sangrantes de los pies
descalzos
ritmo en las uñas arrancadas
Más ritmo
ritmo

¡Oh voces dolorosas de África!


3.- “Aquí en la cárcel”

Aquí en la cárcel
yo repetiría a Hikmet
si pensase en ti Marina
y en aquella casa con un abuelo y un niño

Aquí en la cárcel
yo repetiría a los héroes
si alegremente cantase
las canciones guerreras
con que nuestro pueblo aplasta la esclavitud

Aquí en la cárcel
yo repetiría a los santos
si les perdonase
las crueldades y las mentiras
con que nos destruyen la felicidad.

Aquí en la cárcel
la rabia contenida en el pecho
espero pacientemente
el paso de las nubes
por la fuerza de la historia

Nadie
impedirá la lluvia


4.- “Noche oscura”
¡Ay, es tan triste la noche sin estrellas”

Un día
mi sol cayó en el mar
y me anocheció

Un día empezó una noche sin estrellas.

Pero en la noche oscura
los corazones se levantan

¡Ah! ¡Es tan alegre la madrugada!

Sobre la curva del río del río Cuanza
el sol se sumerge
rojo
recortando en el horizonte sombras de palmeras.





Autor: Solidaridad.net- Fecha: 2005-01-01

(TOMADO DE LA WEB: http://www.solidaridad.net/articulo2372_enesp.htm

viernes, 6 de junio de 2008

José Mª Amigo Zamorano: "La de los ojos verdes"

En la localidad estaban de fiestas y aquel día se organízó una carrera ciclista. La plaza mayor fue invadida por automóviles con bicicletas en las bacas. Poco a poco fueron llegando ciclistas con sus llamativos y multicolores ropajes. Los vecinos se arrimaban a las vallas para ocupar los sitios mejores a lo largo de la calle principal.

Para los entendidos la carrera era importante ya desde hace años: Pero este año lo era aun más porque el premio se había incrementado considerablemente y se habían acercado figuras del ciclismo como moscas a la miel.

Una de ellas atraía las miradas de los espectadores. Sobre todo chicas. Era un ciclista de tez morena, faz angulosa, barba tan cerrada que, a pesar de estar bien rasurado, se le notaba el negreo en su cara. Mirada penetrante y sonrisa irónica. En ese momento se frotaba sus piernas morenas de músculos pronunciados por el ejercicio del pedaleo.

Cerca de él, junto a las vallas, unas chicas reían y lo provocaban con piropos:

-¡Morenazo! ¡Guapo! ¡Tío bueno!...

No hacía mucho caso acostumbrado, como estaba, a ese tipo de demostraciones.
Se le acercó un compañero y se levantó para hablarle. Miró casualmente hacia donde estaban las mozas. Una de ellas, aunque sonreía como las otras, le pareció diferente: pelo corto, cara muy blanca y redonda, ojos verdes, grandes y luminosos. Mientras charlaba con el otro ciclista sus miradas se cruzaron y ella se encendió, coloreándosele la cara como un tomate. Tanto que a él le pareció hermosísima. ¡Vamos, que se quedó prendado de la moza! Y a pesar de los llamamientos a que se pusieran en la línea de salida se le quedó grabada la cara.

Se colocó en el lugar que decidieron en el equipo. Hasta el fondo de la calle a ambos lados de las aceras se había colocado muchísima gente. Al ser las fiestas anuales del pueblo de cuando en cuando se oía la musiquilla de algún tiovivo, de los autos de choque o de vaya usted a saber que chiringuitos. Por donde extendía su vista destacaban por encima del público numerosas casetas de feriantes; a los puestos de churros o de fritangas, se unía ahora otros para preparar cocina turca o marroquí, y la venta ambulante de ropa de gentes hispanoamericanas: bolivianos, peruanos, ecuatorianos... hombres, mujeres y niños de rasgos andinos, pequeños, morenos... de ojos ligeramente achinados...

Miró hacia el punto donde había visto esos ojos verdes y luminosos. Pero ya no estaban las chicas. Se acercaba el coche de policía indicando que pronto comenzaría la carrera. El concejal de deportes dio la orden de salida. Eran varias vueltas por calles del pueblo. El sol calentaba de lo lindo. Al principio todos los ciclistas se lo tomaron con lentitud. Gozaban de las bellezas que les deparaba el pueblo al tanto que calibraban las dificultades del trayecto. En un tramo podían apreciar la impresionante mole del castillo y un fonde de valles cubiertos de pinares y robles.

Y, allí, encima de un risco, la vio. Era ella, la de los ojos verdes. Un ciclista le pasó rozando, se le puso delante y cuando quiso recrearse con la moza venía una curva que cerraba la vista del risco. Se quedó un poco defraudado.

Pronto olvidó este episodio, porque estando, como estaba, dispuesto a ganar se dio cuenta que algunos de los que corrían con él y que conocían el peligro de la velocidad que adquirían en momentos precisos se habían colocado más adelante y tenía que pasarlos o como mínimo colocarse lo más cerca posible para vigilarlos y cortar de raiz una escapada que después podía ser insuperable. Aun quedaban vueltas, pero no tenía que dejarse abandonar. Su experiencia le indicaba que cualquier liberalidad de pensamiento podría ser fatal paar una consecución positiva de la carrera ciclista. El era un profesional. Y a mucha honra. Tenía que concentrarse y nada ni nadie distraerlo del objetivo principal: ganar la carrera. Ni esa moza por muy hermosa que fuera. Que lo era. Pedaleó cun fuerza. El públicó le ovacionó y pronto se colocó paralelo a esos que sabía eran sus contrincantes más notorios.

-Te habías rezagado -le dijo uno.

-¡En qué estarías pensando! -exclamó otro.

-En dos buenas tetas -espetó el tercero riéndose.

Permaneció mudo, en parte porque venía una curva y en parte para no servir de chacota a sus compañeros uy amigos, aunque contrincantes.

En la curva creyó verla. No, no era ella. Por cierto, esa si tenía buen tetamen, pensó para si. Era curioso que no se hubiera fijado en esa parte de la anatomía de la moza de los ojos verdes. Lo atribuyó al hecho, cierto, de la hermosura de sus ojos que le atrajeron como un imán. Porque a él, precisamente a él, la delantera nunca le pasaba inadvertida. No había otra razón. Cuando volviera a verla, si la veía, que la vería. De eso no tenía ninguna duda. Ya haría ella por buscarlo, se fijaría en esos apéndices mamarios. Se sonrió para sus adentros. Y su razonamiento no nacía de una petulancia propia de de un ciclista que se cree el dios del mundo. Ni hablar. Surgía de la experiencia de otras carreras en otras localidades. Luego, sacaba esa conclusión del enrojecimiento de su cara. Una muestra de la atracción que la moza había sentido hacia él.

Pedaleó con ansia y se colocó a la cabeza del pelotón. Calculó que estarían por la mitad de la carrera. Era el momento en el que se va diezmando el grupo. Las fuerzas van fallando en los individuos peor preparados y se retrasan. Sienten un agotamiento que por momentos se transforma en angustia y se ven morir. De ahora en adelante cada vuelta era un tormento dificil de soportar. Muchos no podrían ni con su alma por muy etérea que fiera. Lo más seguro es que solo cuatro o cinco, como siempre, resistirían el ritmo acelerado al frente del pelotón. Esos eran los peligrosos. A esos tenía que tener a raya. Naturalmente ganaría. Como siempre. Alguno podría pensar que se repetía al decir, como decía, 'como siempre'. Pero era la pura verdad. No podía utilizar otra locución porque esta era la que resumía su historia en el el ciclismo. Si, siempre ganaba. En todo.

Para corroborar sus reflexiones, allí estaba. Era ella. La moza. Le ofrecía una botella de agua que agradeció. Lo agradeció por muchas cosas: porque tenía necesidad de agua, porque era una prueba del atractivo que tenía con las mujeres, porque necesitaba verla y también, por qué no, para calibrar el grosor, el volumen, la medida exacta de su delantera a la que antes no había prestado atención. En este caso el resultado no daba igual. Lo decía por la canción de los mozos y mozas del pueblo entonaban y llegaba a sus oídos: 'Hemos venido a emborracharnos y el resustado nos da igual ¡Alcohol, Alcohol, Alcohol!'. No podía é, el ciclista, el campeón, concordar con el estribillo: a él no le daba igual que la chica de ojos verdes, grandes y luminosos, tuviera buene pechera o fuera lisa como una tabla. En este caso el tamaño si que importaba. Su inspección con la mirada, claro, (la otra vendría después), logró una calificación más que notable. Los genitales lo captaron. Daba gracias en esre caso a que estuviera subido en una bicicleta y que los trajes fueran tan ajustados que no permitían el movimiento de su miembro viril. De lo contrario su vergüenza le saldría por todos los poros de su piel.

Estos pensamientos por poco casi le cuestan salir derrotado en la carrera. Se retrasó y cuando sonó la sirena de la policía municipal estaba lejos de sus contrincantes. Costole Dios y ayuda lograr que su rueda pisase la meta con unos centímetros por delante de los otros. Pero lo logró. Como siempre.
Después de descansar se dijo:

-Ahora, a por el otro triunfo.

Tenía pensado quedarse tarde y noche a la fiesta del pueblo. Pasó con sus compañeros por un bar. La vió. Allí estaba. En un bar. Hermosa. Cara redonda. Pelo corto. Ojos verdes. Luminosos. Reía. Lo miraba. Pero, ¡ay!, para su desgracia, estaba en brazos de otro.

*

Fdo: José Mª Amigo Zamorano

viernes, 30 de mayo de 2008

Aimé Césaire: 'Con todas sus fuerzas'

Con todas sus fuerzas el sol y la luna se estrellan,
los luceros caen como testigos demasiado maduros
y como una lechigada de ratones grises.
No temas nada, prevé tus crecidas aguas,
que si bien se llevan la ribera de los espejos
han salpicado lodo en mis ojos,
y veo, veo terriblemente, yo veo
que de todas las montañas de todas las islas
sólo restan los pocos dientes cariados
de la impenitente saliva de la mar


*
Aimé Césaire
MARTINICA

1913-2008

lunes, 19 de mayo de 2008

José Mª Amigo Zamorano: 'La alegre otoñada de 'Fiat Umbra''

Alegre otoñada de 'Fiat umbra'



Ya hace unos día nos comunicó Isabel Escudero la salida de un nuevo libro de poesías suyo titulado 'Fiat Umbra' que la Editorial Pre-Textos le había editado. Estaba muy alegre. Y con razón no a todos le publica una editorial tan prestigiosa.

Conocemos, un poco, a Isabel Escudero. Su poesía. Su empeño poético. Su laborar cantando. 'Coser y cantar' se rotula uno de sus libros. Su lucha por la lectura en voz alta de la poesía. De modo que nos hemos dejado llevar por la caricia de las palabras. Por su rima. Su ritmo. Su cadencia. Por su música: 'Traca de trinos / trizan / la copa del pino'. Pasamos la vista por sus versos leves, ligeros, como lo hacemos, caminando, por las florecillas del sendero, dejándonos llevar por la belleza de su colorido. Sin detenernos a meditar en cada copla. Sin preocuparnos por los detalles. Sin pormenorizar su contenido. En una primera lectura.

Igualmente dejamos que nuestro oído capte los trinos, deleitándonos con al música sin pararnos a meditar en las diferencias de uno y otro canto. Que solo la música nos lleve. Sin importarnos saber el pico que modula esa canción que acompaña nuestro alegre caminar: 'Canta la alondra; / quien la escuche, a ella / ¡qué le importa!'. Henchidos de gozo por todo lo que existe.

Aun 'No sé si debo / hacer ver a los otros / lo que yo veo'. Duda Isabel y con razón, dándose cuenta de que cada uno tiene su 'cadaunada' que le nace, que le brota, de lo que ha vivido, de su historia personal, pequeña pero historia al fin y al cabo. Y es suya y es nuestra. Hay quien le emociona la vista del oleaje de los campos de trigos, cebadas y avenas, enrojecidos de amapolas, ondulados por el viento. Pero a otros no les dice nada, acostumbrados, como están, a las oleadas de vehículos ritmadas por el sonidos de los cláxones, cogidos de la mano de su abuelo por las tascas del barrio de su urbe. 'En el espejo / la verdad se mira: / Si me parezco mentira'. Podemos preguntarnos: ¿Verdad o mentira? Y eso qué mas da. Para unos es verdad absoluta porque es su vida y la reivindica. Y nadie, ni nada, va a distorsionar su poética leve, alegre, firme, su andar erecto por la vida. Y si algo le sale al paso con afán agresivo o feo lo neutraliza embelleciéndolo: 'Hermosura: / el sol sacando diamantes / de la basura'.

Muchos de los que lean el 'Fiat umbra' de Isabel Escudero, sentirán, como hemos sentido nosotros, una inundación de luz, claridad y alegría. Y, a pesar del título, sentirán un rejuvenecimiento. Ahora y en la hora de sus muertes. Notarán la primavera, aunque sea en el otoño o en el ocaso de sus vidas. Ahora y en la hora. Presente. La muerte. La muerte siempre presente. Pero no en danza macabra, en fúnebre cortejo, como en las 'Coplas a la muerte de su padre' de Jorge Manrique, sino con una cierta serenidad y risa, como la risa irónica de Pepe Bergamín, de quién cita unos versos de su último libro titulado, no por casualidad, 'Esperando la mano de nieve': 'Me estoy muriendo cada día / desde hace muchísimo tiempo; / no sé si desde que nací / soy un muerto de nacimiento'.

Esa reflexión irónica casi a las puertas de la muerte por parte de Bergamín ilumina la vida y la muerte de los demás. Es como un bálsamo. Tranquiliza: 'Aquel aro de mi niñez / me va llevando / tras él', dice la poetisa extremeña metiendose por las breñas del tiempo que se va. Tranquiliza la aceptación de la muerte como algo natural. Sin traumas. Para ello hay que irse preparando poco a poco: 'Cae la nieve / sobre el anciano: / cuando todo está escrito, / página en blanco'. Nombrándola. Citándola como cita el torero al toro. Mirándose al espejo de los ojos del toro. E ir contando de cuando en cuando las arrugas que el tiempo marca: 'A mis sesenta / aquí frente al mar: / olas que vienen y van'. Son como las llamadas de atención de la fugacidad del tiempo. De que él se va primero con pasos de plomo y luego con pasos de pluma. De todo ello tratan también los versos de la poetisa de Quintana de la Serena (Badajoz)

Las citas nos indican, ya, que la autora no ha variado su poesía; sigue siendo el proverbio, la copla, los haikus... estrofas de pocos versos... fogonazos, chispazos, bocaditos, pasteles pequeños... Cita a Machado (D. Antonio), muy admirado por la poetisa, a Bergamín (D. José), a Chicho Sánchez Ferlosio, o los poetas japoneses cultivadores del haiku como Yosa Buson y Hobayashi Issa. En las 190 páginas del libro, efectivamente, los deslumbramientos de esos chispazos o fogonazos son continuos desde el primero: 'Guadaña de luna / tiembla en el agua: / ¿de qué duda?' hasta el último: 'Mas por más atrás que miro, / no me acuerdo / de haber nacido'. Si bien está dividido en seis partes ante poniéndole un soneto de D. Antonio Machado y una larga cita de D. Agustín García Calvo 'compañero de mis días' y terminando, 'a modo de epílogo', con el 'Elogio del Ciprés' de Horacio en versión rítmica del ya mentado D. Agustín García Calvo.

En su reseña del diario ABC el profesor de literatura de la Universidad de Salamanca, García Jambrina, termina diciendo: 'Un oasis, en fin, de fresca tinta en medio de la aburrida pedantería literaria. Una canción que cuando suena, es de todos, porque, en verdad, no es de nadie. Ya lo dice la copla:

Para que no sea del todo
mía, con tinta robada escribo
la poesía.'


Qué vamos a decir nosotros si ya lo dice el profesor...

jueves, 17 de abril de 2008

Acaba de morir Aimé Césaire

PARÍS (AFP) - El poeta martiniqués Aimé Césaire, considerado el padre de 'la negritud', falleció este jueves, 17 de abril de 2008, a los 94 años de edad en Fort de France (Martinica), en el centro donde se encontraba hospitalizado desde el 9 de abril, informaron fuentes gubernamentales.

Un ejemplo de su poesía:

ELEGÍA

El hibisco no más que un ojo reventado de donde pende el hilo de una larga mirada, las trompetas de esparavanes el gran sable negro de los flamboyanes, el crepúsculo llavero siempre tintineante las arecas indolentes soles que jamás se pusieron por traspasadas por un alfiler que las tierras que se saltan la tapa de los sesos no dudan nunca en incrustarse hasta el corazón, los fantasmas horrorosos, Orion la extática mariposa que los pólenes mágicos crucificaron sobre la puerta de las noches cimbreantes los bellos tirabuzones negros de las cañafístulas mulatas altaneras cuyo cuello tiembla levemente bajo la guillotina y no te sorprendas si en la noche gimo más hondamente o si mis manos estrangulan más sordamente es el tropel de viejas penas que hacia mi olor negro y rojo en escolopendra alarga la cabeza y con una insistencia en el hocico aún blanda y desmañada busca más dentro mi corazón de nada me sirve entonces apretarle contra el tuyo y perderme en la espesura de tus brazos que acaba por encontrarlo y muy gravemente de manera siempre nueva lo lame amorosamente hasta que brota salvaje la primera sangre bajo las bruscas garras desplegadas del DESASTRE

miércoles, 16 de abril de 2008

José Mª Amigo Zamorano: 'Porros en un enero rojo'

Lo llamó enero rojo porque, por entonces, llevaba varios días que, a la caída de la tarde, cuando se adentraba en el robledal, el sol parecía enrojecer el bosque dando la sensación de estar en pleno verano.

A él el colorido le animaba. La atmósfera que lograba crear le atraía como un imán. Se sentaba en un tronco y se liaba un pitillo de marihuana. Luego lo prendía, daba unas caladas y respiraba profundamente. ¡Uf! era como tomarse un trago de optimismo.

Pero la tarde que narramos se metió más en la arboleda y cuando quiso volver sobre sus pasos la noche se le abalanzó de repente y no supo enontrar el camino de retorno. No le dio importancia, porque no quería encontrarse con su mujer y sus hijos quienes, en su estado soñador, siempre se reían de él. De modo que se arrimó tranquilamente al tronco de un árbol y se lió un segundo porro. Salió la luna e iluminó el bosquecillo. Las sombras que proyectaban los árboles semejaban terribles monstruos que a otros hubieran encogido el ánimo, pero no a él que suscitaron una estruendosa y sonora carcajada que el silencio de la noche aumentó y el eco le devolvió quedándolo en suspenso.

-¡Coño! Otro que se ríe... ¡Eh, tú!... ¿Te ríes de mi?

Y el eco repitió: '¿Te ries de mi mi mi... ?

Giró en redondo. Miró en todas direcciones. Se estremeció. Comenzaba a hacer frío de verdad. Posiblemente estuviera ya helando. Echó a andar por una vereda que, la luz de la luna, descubrió iluminándola. En su andadura a veces se asustaba con los ruidos que sin cesar se oían. Por lo que comenzó a andar más rápido. Incluso a correr. Siempre que el sendero lo percibiera claramente. A ratos pensaba en la tontería que había hecho viniendo a pasear por estos andurriales tan alejados del poblado.

Es que se le estaban pasando los efectos de la yerba. Y veía con más claridad las cosas que le rodeaban.

Adquiría conciencia de lo solo que estaba en el mundo y lo poco que le importaba a los demás lo que pudiera sucederle. Se agrandaba el relieve de las ideas por las que había luchado: la unión de los trabajadores en pos de un ideal común de fraternidad. Enseguida le vinieron los versos de Goytisolo, aquellos que cantaba Paco Ibáñez: ' Un hombre solo, una mujer, así tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada'. Los había dedicado a su hija Teresa. Pues eso: no era nada. Un grano de polvo en el espacio. Un grano andando sin rumbo por ese sendero, vereda, atajo o lo que fuere. Y que al parecer no tenía fin.

Un perro le salió al paso ladrándole. Enseñándole los dientes. Furioso. Tal vez hambriento. Y él era la chuleta con la que pensaba saciar su gazuza. Se iba acercando peligrosamente mientras ladraba.

¿Qué hacer? Ahora las ideas no le servían para nada. Necesitaba acción, también pensamiento. Pensamiento y acción para ahuyentarlo o matarlo. Pero... ¿cómo... ¡Un palo!... Pero, ¿dónde?... Si se volvía para coger una rama, el perro se lanzaba contra él... ¡Una piedra!... ¡Joder, esta!... Se la tiró. El perro se retiró un poco, lo que le permitió acercarse al trono de un roble y desgajar una rama que pronto convirtió en palo. Dejó acercarse, confiado, al perro dándole con el palo en los hocicos. El perro huyó aullando de dolor.

Se sintió más tranquilo al ver alejarse entre los árboles al perro.

Con el palo en la mano prosiguió su caminata. Al poco, se dio cuenta que la neblina de la droga se había disipado por completo. Al fondo del sendero aparecían luces. ¡Su pueblo! ¡Su poblado! ¡Su tribu! El frío en ese momento era ya muy intenso, pero, por fortuna para él, en su lucha contra el perro no solo el animal había huido, también se había ido el frío. Lo que para su desgracia no había desaparecido era la soledad... La angustiosa soledad que rodea su cuerpo, hasta casi axfisiarlo en ese enero rojo...

Abrió los ojos.

-¡Papá! Ya amanece. Es hora de levantarse.

lunes, 14 de abril de 2008

14 de Abril: ¡Viva la República!

Diario:

hoy es 14 de Abril. Día de la República. Un día de derrota. Una festividad de derrota.



El 14 de abril de 1931 se proclamó la II República Española. Desde ese mismo instante los perdedores se conjuraron para derribarla. Efectivamente, en 1936 se sublevaron al mando de unos generales felones, quienes a sangre y fuego la derrotaron. A pesar de la heroica resistencia del pueblo.

Ha pasado mucho tiempo. Es verdad. Pero, ahora, en este mismo momento, en este mismo instante histórico, el jefe del estado de España y, además, jefe de los ejércitos ha sido nombrado por uno de esos generales felones: Franco Bahamonde que fue dictador durante muchos años en España.

Se trata de Juan Carlos I. Rey. De España. Nombrado a dedo por un golpista. Por un terrorista. Pues si. Pero hoy le tenemos de flamante rey. Curiosidades de la historia.

martes, 8 de abril de 2008

Jean-Joseph Rabearivelo: Viejas canciones de Imérina

Jean-Joseph Rabearivelo


Viejas canciones de Imérina
Traducción de Rogelio Martínez Furé


¡Rendid, rendid homenaje a la Ciudad-de-los-Mil(*), no faltéis, no faltéis a la Bella-Colina! Qué extrañas son las jóvenes de Iarive: apenas se las cruza en el camino, que ya dicen: '¡Dadme dinero!' Vayamos más lejos si queremos buscar mujer; si allá los frutos de las higueras no nos sacian, al menos disfrutaremos de la enramada que dispensan sus hojas.


Vieilles chansons des pays d'Imérina


(*) Antananarivo

viernes, 28 de marzo de 2008

Charles Nokan: 'Bandama'

Bandama

de Charles Nokan (Zègua Nokan)

 
Vi la sangre, Bandama, inundar tus verdes riberas.
Vi aguas del N'Zi llevar cadáveres de mis hermanos.
Fue, lo recuerdo muy bien, en febrero de 1950,
y el viento aciago soplaba sobre el país baulé.
Todo... todo... todo estaba empapado de dolor,
y mi recelo se hundía en un océano sombrío.
Vi más tarde a las mujeres marchar caminando
por encima de las prisiones y seguir probando
todos, todos los sufrimientos del universo.
Fue, si, en ese terrible día de febrero de 1950,
y mi sospecha se ahogaba en el mar tenebroso...


*

(versión libre de José Mª Amigo Zamorano del poema 'Bandama')

martes, 18 de marzo de 2008

Jean-Paul Sartre: Mas sobre la negritud

Jean-Paul Sartre dice:

"Y si el sacrificio, un día, se consuma, ¿qué ocurrirá? ¿Qué ocurrirá si el negro, despojándose de su negritud en provecho de la Revolución, ya no quisiera considerarse sino como un proletario? ¿Qué ocurrirá si no se deja ya definir sino por su condición objetiva? ¿Si se obliga para luchar contra el capitalismo blanco, a asimilar las técnicas blancas? ¿La fuente de la poesía se agotará? ¿O bien el gran río negro coloreará, a pesar de todo, el mar en que se lance? No interesa: a cada época su poesía. en cada época las circunstancias de la historia eligen una nación, una raza, una clase, para retomar la antorcha, creando situaciones que no pueden expresarse, o trascenderse, sino por la Poesía. Y ora el impulso poético coincide con el impulso revolucionario, ora divergen. Saludemos hoy la posibilidad histórica que permitirá a los negros, como dice Césaire,


"lanzar con tal rigidez el gran río negro que los cimientos del mundo serán quebrantados." (*)

Jean-Paul Sartre en 'Orfeo Negro', página 105 del libro 'El negro y su arte' que consta de dos partes; a saber: una 'El negro danzarín y cantor' (en el índice 'Extasis en negro') de Bertrand Wolfe y otra 'Orfeo Negro' de Jean-Paul Sartre; traduce Bernardo Guillén. Editorial Deucalion, Buenos Aires 1956, en la colección 'Todo lo nuevo'.

Este párrafo lo cita C. Wauthier en su obra 'El África de los africanos' en la página 328, líneas 27 a 44.


(*) pousser d'un telle raideur le grand cri nègre que les assises du monde en seront ébranlées

martes, 19 de febrero de 2008

Vicente Huidobro: Casa

CASA


Sobre la mesa
El abanico tierno
Un pájaro muerto en pleno vuelo

La casa de enfrente
blanca de yeso y nieve

En el jardín ignorado
Alguien pasea
Y un ángel equivocado
Se ha dormido sobre el humo de la chimenea

Para seguir el camino
Hay que recomenzar

Quién Escondió Las Llaves
Había tantas cosas que no pude contar.

*
Vicente Huidobro

martes, 29 de enero de 2008

Goethe: Desprecia la Ciencia y la Razón

Escena IV

(Mefistófeles, con las ropas talares de Fausto; luego Discípulo)


Goethe

Mefistófeles:

Desprecia solamente la razón y la ciencia, la suprema fuerza del hombre; deja tan solo que con artilugios de relumbrón y magia te corrobore el espíritu del engaño, y así serás ya mío sin condiciones...
Diole a él la suerte un espíritu que siempre indómito corre hacia adelante, y cuyo atropellado anhelo salta por sobre los goces de la Tierra. Tras de mi he de arrastrarle a través de la bárbara vida, por entre la chata insignificancia; se me agarrará, se me quedará prendida, se pegará a mi, y comida y bebida se cernerán ante los ávidos labios de su insaciabilidad; en vano implorará satisfacción, y aunque no se hubiera entregado al diablo habría de todos modos de irse a los profundos.

(entra un discípulo)

Fausto, escena IV, de Johan Wolfgang Goethe (ver cuadro); traducción de Rafael Cansinos Asséns

miércoles, 23 de enero de 2008

Abdelkebir Jatibi: Devenir

Devenir


Los árboles proyectan sus frágiles sombras
entremexcladas
que se prolongan como un hastío de niño
La danza crepuscular de una hoja muerta
construye la geometría
del tiempo
mi acto se convierte en un hacha en la noche

jueves, 17 de enero de 2008

Grafiteclo con Perse

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Cuatro cabezas reacias al nudo del puño forman un vivo corimbo sobre el azul del cielo. Los fundadores de asilos se paran bajo un árbol y encuentran ideas para la elección de terrenos. Me muestran el sentido y el destino de las construcciones: cara de honor, cara muda; las galerías de laterita, los vestíbulos de piedra negra, y las piscinas de sombra clara para bibliotecas; construcciones muy frescas para los productos farmacéutícos.
Saint-John Perse en 'Anábasis'

miércoles, 2 de enero de 2008

Jacinto Herrero Esteban

El pueblo que andaba a oscuras
vio una luz intensa.
Sobre los que vivían en tierra de sombras
brilló una luz.

Isaias, 9,1



Estos días tan breves de solsticio
en diciembre, caminan, aunque a oscuras,
hacia otra luz hundida en el poniente.
No habrá lugar a la melancolía
pues el sol vencerá porque aun existe
y brilla a las espaldas de esta noche.
(Tal nuestra vida asida a la esperanza
de no morir). Volver a la costumbre
de abrir la puerta a la desierta calle
y caminar sobre la escarcha. Dile
que espere al corazón, que para todos
habrá un sol cegador tras de la niebla.
Son hermosos los árboles desnudos
húmedos del relente en madrugada.

Jacinto Herrero Esteban

Avila 2002