sábado, 8 de octubre de 2011

'Laguardia negra' no es un cuchillo

Blanco Chivite, Manuel
Laguardia negra /Manuel Blanco Chivite - D.L.: SE-4108-2011; 
El Garaje Ediciones, S.L., 2011
(Garaje negro)
ISBN: 978-84-938214-5-6
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Este verano leímos, entre otros libros que a nadie importan, dos ambientados en el medio rural; a saber: 'Los lagartos de la quebrada' de Antonio Tejedor y este de 'Laguardia negra' de Manuel Blanco Chivite. El primero narra desde dentro, el segundo desde fuera. A ambos autores conocemos y los hemos tratado. Sin querer hacer, con este emparejamiento, un paralelismo literario entre ellos; Antonio Tejedor, es un escritor que inició hace poco su andadura como tal; el otro, Manuel Blanco Chivite, es un periodista avezado en múltiples  acontecimientos... Hasta ha jugado en cercanías con la muerte y otras vicisitudes políticamente extremas... 


(El que te oiga pensará que es un nuevo cid campeador galopando por la estepa castellana... Pero haz una parada. Y descansa un poco de tu sembrada frase 'vicisitudes políticamente extremas')


Antonio tiene dos novelas y algunos cuentos -por cierto, uno muy incisivo que termina con aquello de 'la pela es la pela'-; Manuel lleva ya en su haber obras de todo tipo: relatos, novelas negras, de entrevistas, de viajes, de tema sexual... hasta libro de vinos. Ello puede dar una idea del experimentado oficio de uno (la veteranía es un grado) y no tanto la del recluta; al que, no obstante, auguramos un porvenir nada desdeñable por la fuerza con que ha empezado... si la vida, los dioses y el tiempo se lo permiten.

Y siendo esto así, de nuestro trato con ellos, nos resulta difícil apartar lo personal de lo literario, de lo estrictamente literario. Pues una crítica... -¿esto es una crítica?, ¿seguro?, ¿de verdad?-... Una crítica debe transitar siempre por criterios literarios porque... Porque de otro modo se falsea subjetivamente el valor intrínseco de la obra, llevando al lector por derroteros de confusión... 


(¿quién te ha contado ese cuento de los criterios literaios?... ¡qué paridas continuadas!, ¡qué retórica mas gilipollas!; vamos a ver, ¿no te acuerdas de lo que te sucedió en Euskadi para reunir aquella antología poética?, ¿no recuerdas que cada grupo, panda, capilla o capillita de poetas se consideraban, con 'criterios literarios' los mejores y que los de otro grupo, gabilla, hato, capilla o capillita era, con 'criterios estrictamente literarios' una mierda?; ¿de qué 'criterios literarios' hablaban?)... 


Si, por derroteros de confusión al posible público lector y eso no es moralmente aceptable. Nos resulta difícil deslindar, decimos, ese trato con los autores, esa simpatía o antipatía, del corpus de la reseña que, a ser posible, debe ser aséptico, frío, despersonalizado... es decir: el abc, a la hora de escribir, por ejemplo, sobre una novela; o sobre un ensayo o sobre un manual del cultivo de patatas o de la poda de las vides... 


(¡Oye!, yo flipo en estrellitas, también se te ha olvidado lo de aquella crítica fría, aséptica, despersonalizada, pero elogiosa, del órgano de MUFACE -Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado-, hacia la labor traductora del amigo Ramón Sánchez Lizarralde -que en paz descanse- y que él propio Ramón te dijo: -'No creas todo lo que lees. Es un comentario de un amigo. Nos vemos los fines de semana en el pub'.-¿No te acuerdas? Pues ahí tienes los 'criterios literarios')... 


Esa directiva, esa linea recta, es garantía de un proceder honesto, de firmeza de valores que no se doblegan ni ante presiones de poderosos, ni amistades, ni favores... Y por eso, tales críticos o reseñadores, se ganan el aplauso a diestra y 'ezquerra'... 


(Así, así, tu sigue con los oídos taponados)

'Laguardia negra', que tenemos ante nosotros, novela de la colección 'Garaje Negro'; es decir: con ingredientes de novela negra, o sea, crímenes, policía, suspense... como no podía ser de otro modo. Si bien, en este caso, es ciertamente original. Tanto que se desvía, en varias partes, del campo de esta literatura; con reflexiones sobre las técnicas literarias: uso de los verbos, utilización de tiempos verbales, de si convienen el pasado, presente, futuro... o la inclusión en el relato de la recogida de materiales para elaborar el escrito, su ordenación y engarce en el lugar apropiado del texto.  La novelita de Blanco Chivite (decimos 'novelita' no de una forma despectiva o peyorativa sino por su corta extensión) está escrita con el estilo conciso, economía de palabras, lenguaje directo, limpio, fluido, buen ritmo... 


(Mira, aquí te ha quedado muy aparente tu pobre crítica y tu escaso vocabulario: has conseguido un juicio aséptico, imparcial, frío, al tiempo que alabancioso; no podrá quejarse el Manolo de tus palabras; aunque tu y yo sabemos que, a él, le importa una mierda jincada en un palo lo que tu puedas decirle de su novelita)... 


Y lo que está ciertamente muy logrado -aparte de colocar los materiales recogidos bien dosificados en el lugar justo-... 


(Otro acierto de tu reseña crítica -si es que esto tuyo es una reseña y es crítica- es valorar, en su punto, esta parte de la obrita, pues tu y yo conocemos que hay autores que escriben cuatro cosas suyas, propias, y la mayor parte pegan lo investigado, y que otros han hecho; así vemos a Reverte, con sus viajes a Africa,  cuenta un poco de su viaje propio, luego continua un mucho diciendo por ejemplo: por aquí vivió Stanley (o Burton), e hizo esto y lo otro y lo de más allá, se paró por aquí, viviendo y comiendo acullá durante... Y nos endiña páginas y páginas que las podemos leer en cualquier biografía de los exploradores;  parecido hizo el flamante Nobel Vargas Llosa, con mas oficio es cierto, en su 'El Sueño del celta' indagando sobre el nacionalista irlandés; ¿cuanto es de ellos, de su imaginación, de su creación?: Poco)... 


Un logro de 'Laguardia negra' es haber metido en pocas páginas una apretada acumulación de emociones, sentimientos e ideas impulsando al lector a seguir y seguir leyendo, hasta ver en qué desemboca o desembocan los personajes; de modo que dicha acción, esa poquísima acción que hay, parece multiplicada por cien o por mil. Y por fin, y ya terminamos, otro logro bueno, notable o sobresaliente -no somos expertos para dar nota exacta- es la idea de transmitirnos una población pequeña, Laguardia lo es, como aislada del mundo, sin conflictos, sin quiebras, un edén; eso si, envuelto en niebla, frío y lluvia... 


(Jajaja, ya te veo, tu esperabas -no lo niegues porque ese era tu deseo- un relato como un cuchillo; un cuchillo que rebanara a la sociedad por la yugular; o un arma de destrucción masiva de esta puta monarquía, jajaja. Tu esperabas un cuchillo-novela que actuara como pensaba Julio Fausto Aguilera que podría actuar un verso: 'Un verso / bien nacido y vigoroso, / y otro más encendido, / y otro más desvelo, / y otro verso más fuerte y más veraz, / le dan vida / a un sueño que recogieron / tierno, / y ese sueño de muchos, ya nutrido, / se vuelve una conciencia, / y esa conciencia, una pasión, un ansia... /Hasta que un día, / todo / -sueño,  conciencia, anhelo-, / compacto se organiza... / y entonces / viene el grito, / y el puño, / y la conquista...'


Y dentro de la subjetividad del reseñador... puesta por delante... para precisar la objetividad del comentador... debemos afirmar, y lo hacemos, que es cierto que esperábamos otro tipo de escrito, viniendo de quien viene. Una novela ácida, crítica, demoledora con el sistema, un puño,  un grito, una... y nos hubiera llenado mas. Objetividad aparte. Pero, hablando de 'criterios literarios', como lo hemos hecho, no podemos ponerle reparos: demasiado bien resuelve su narración en pocas páginas con tan denso contenido en ideas, sentimientos, reflexiones, de modo que resulte además entretenido; toca en su librito, como el de Antonio Tejedor, el poder y la represión del poder; distintos padres, distintas violencias o represiones, distintos poderes; unos brutales y otros refinados; tal que uno podría representar a una dictadura fascista en la persona del padre brutal y católico que apalea al hijo, echando por tierra esa Laguardia idílica y el otro padre, refinado, culto, al poder de  la monarquía  parlamentaria...


Eso, alguien, podría decir que es rizar el rizo... ¿Por qué? Pues porque no sabes de dónde sale, a qué viene ahora esta novela, qué impulso la origina... En una palabra te jode darte cuenta de que a pesar de haberlo tratado -al Manolo claro- adviertes, sorprendido, que no lo conoces apenas. La novelita, que es entretenida, no la sitúas en ninguna continuación de nada. Es como una rayo en cielo sereno. Repito, te preguntas: ¿por qué ahora?... ¿qué preocupación le anima?... ¿qué pensamiento la motiva?... 


-Una recomendación: mira, no te metas en mas berenjenales, copia los tres párrafos de la contraportada y da por buena la reseña o crítica; si es que esto es una reseña crítica de 'Laguardia negra' con 'criterios literarios'. Que lo dudo

-Vale. Lo copiaré. Accedo. Dice así: 

1º párrafo
"Laguardia, una hermosa villa de la Rioja Alavesa, es sin duda uno de los lugares más tranquilos donde pasar unos días de vacaciones disfrutando de sus paisajes, de su urbanismo medieval, sus murallas, sus iglesias y, desde luego, sus magníficas bodegas, sus excelentes vinos y su no menos excepcional gastronomía.

2º párrafo
"En tan pacífico lugar vienen a encontrarse dos hombres obsesionados, buscando cada uno su propia venganza. Uno actúa, el otro pretende ser el cronista de los hechos en los que él mismo se involucra. Pero las cosas se perfilarán muy pronto como mucho mas complicadas y retorcidas de lo que cabría esperar.

3º párrafo
"Laguardia se convierte así, bajo la fría lluvia y la niebla de un mes de enero de 1995, en un pueblo de sorprendentes tintes siniestros: Laguardia negra."