Lo compramos por razones tan tontas como puedan serlo otras.
Cre, no sé, que estaban de moda, que una amiga
de mi hermana ya tenía y -cosa importante-
que no eran del todo caros
en el honesto mercado negro.
Además de viejos no precisaban ya comida
("en su casa estarán como si nada", afirmaba
la cuidada propaganda) y habíamos oído
que a la gente le era útil tenerlos así,
hombres olvidados en el rincón de un piso
sin función alguna y a los que nadie saludaba,
y que a una señora del barrio -malas lenguas
dicen que prostituta retirada- le producía
mayor alivio que el psiquiatra
el contarle al que tenía, como quien
los cuelga en una percha, sus por lejanos
ya risibles pecados. Así también nosotros
compramos uno, aunque de poca estatura,
y lo olvidamos en las golfas
junto a un antiguo cuarto de baño.
Era misterioso y útil y extraño, ese saber que estaba
y que no hacia nada para afirmarlo. Pero duró bastantes años,
y por clavarle alfileres mis hijas aprendieron en su infancia
cosas de tanto provecho como el curioso transcurso de la sangre.
Yo lo observé con atención sólo al principio,
puess la inmovilidad jamás me ha fascinado,
pero sí recuerdo que cuando mi nieto pequeño
(que se ha dedicado a las travesuras como trabajo)
lo tiró al fuego pensé, aunque jamás he sabido nada
de ciencia o biología, que su luz
no decía si era bueno o malo
que tomaran forma los fantasmas.
(*)Santiago Montobbio de Balanzó es escritor cuya obra ha sido alabada por, entre otros, Onetti, Sábato o Idea Vilariño.
(ESTE POEMA DE SANTIAGO MONTOBBIO FUE PUBLICADO POR LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' EN EL Nº 5 ENTRE LAS PÁGINAS 45-46)
(*)SANTIAGO MONTOBBIO: Licenciado en Derecho y en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Profesor de Teoría de la Literatura y Crítica literaria de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Publicó por primera vez como escritor en la Revista de Occidente en mayo de 1988 (Madrid, Nº 84). Su libro "Hospital de Inocentes" mereció el reconocimiento de ilustres autores. Cabe destacar, especialmente, los testimonios de Juan Carlos Onetti y Ernesto Sabato. Ha publicado también Ética confirmada y Tierras (Francia, 1996). Sus obras en prosa se han editado con frecuencia en El Norte de Castilla (Valladolid) por decisión de Miguel Delibes. Ha sido traducido a varios idiomas. Ocupa la vicepresidencia de España de la Association pour le Rayonnement des Langues Européennes (ARLE), de Neuilly-sur-Seine, y es corresponsal en Barcelona de su revista Europe Plurilingue, que publican las Éditions Université Paris 8 (Paris).
Bibliografía mínima
Hospital de Inocentes, Madrid, Devenir, 1989; Ética confirmada, Madrid, Devenir, 1990; «Cartas sin dirección», Suplemento «Artes y Letras», El Norte de Castilla, Valladolid, 1993-1995; Tierras, collection «le tourbillon suspendu», Éditions AIOU, Saint-Etienne-Vallée-Française, France, 1996
Bibliografía mínima
Hospital de Inocentes, Madrid, Devenir, 1989; Ética confirmada, Madrid, Devenir, 1990; «Cartas sin dirección», Suplemento «Artes y Letras», El Norte de Castilla, Valladolid, 1993-1995; Tierras, collection «le tourbillon suspendu», Éditions AIOU, Saint-Etienne-Vallée-Française, France, 1996
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