LA ACADEMIA DE LOS FLORIDOS DE AMSTERDAM:
UNA ACADEMIA ESPAÑOLA DEL EXILIO EN EL SIGLO XVII.
Por Jacobo Israel Garzón (*)
El exilio que tuvo lugar desde la Península Ibérica en los siglos XVI y XVII, entre los judeoconversos que habían conservado en todo o en parte la herencia de sus mayores, y que por esa causa habían sido, o lo eran potencialmente, reos de la Inquisición por causa de judaísmo, hizo florecer en Ámsterdam, en Burdeos, en Bayona, en Venecia y en otras ciudades de Europa, comunidades hispanoparlantes (y lusoparlantes) formadas por individuos y familias de origen judío que buscaban en otros lugares la tolerancia que en su patria no encontraron. Entre esas comunidades, floreció de modo singular al de Ámsterdam, ciudad a cuya vista uno de los exiliados cantó:
‘Te deum Laudamus, Sancto, Sancto, Sancto
Adonai Zeboat Omnipotente,
Mi ánima refiera prontamente,
Con el celeste e incesable canto:
Pues, sin pérdida alguna, y sin espanto,
Naufragio, tempestad u otro accidente
Miran mis ojos a Ámsterdam presente
Libre de Golfo y de enemigo tanto’ (1)
Adonai Zeboat Omnipotente,
Mi ánima refiera prontamente,
Con el celeste e incesable canto:
Pues, sin pérdida alguna, y sin espanto,
Naufragio, tempestad u otro accidente
Miran mis ojos a Ámsterdam presente
Libre de Golfo y de enemigo tanto’ (1)
Esta comunidad desarrolló una literatura que se entronca plenamente con las literaturas portuguesa y española, y no con la literatura en judeo-español, que se desarrolló entre las comunidades judías del Levante mediterráneo.
Desgraciadamente, el conocimiento de esta literatura entre nuestro público culto peninsular es escaso. Recientemente, en un Coloquio Internacional sobre el patrimonio judío portugués, afirmaba en una comunicación sobre el poeta Juan o Joao Pinto Delgado, que la literatura en castellano del exilio judío ‘sigue siendo inexplicablemente olvidada: olvidada por los españoles, por portuguesa; olvidada por los portugueses por española’ (2).
Algunos libros han venido a cubrir este vacío, aún cuando su difusión parece restringida a los estudiosos de judaica hispano-portuguesa y no a la generalidad de los lectores cultos. Dos tienen en particular importancia crucial: me refiero a la edición de Fernando Díaz Esteban sobre judaizantes en Europa (3) y a la más reciente edición española de la tesis sobre la literatura sefardí en Ámsterdam de Harn den Boer (4).
Una de las características de la vida literaria en Ámsterdam, fueron las academias literarias, fundadas sobre los mismos conceptos sociales y aristocráticos de las academias españolas. En 1676 nació la Academia de Temor Divino, de la que tenemos muy escasos datos, y que probablemente tuviera un carácter ocasional, al estilo de las justas poéticas del siglo. Mayor duración tuvo la llamada Academia de los Floridos, instituida en 1685, de carácter algo más profano que la anterior. Ambas academias estuvieron bajo la protección de Isaac Núñez, alias D. Manuel de Belmonte, ‘Conde Palatino y Residente del Rey de España en los Países Bajos’. Las personas que asistían a estas academias pertenecían sin duda a la élite judía de Ámsterdam, y es muy probable que también asistieran a algunas de sus sesiones personajes cristianos. Sabemos por un escrito del poeta montillano Miguel Barrios, -uno de los exilados, que también fue conocido por su nombre judío de Daniel Levi de Barrios-, la composición de esta Academia. Como hasta la fecha no se ha hecho, que sepamos, reedición alguna de este poema (5), hemos procedido a su edición para ‘Caminar Conociendo’, realizando una modernización de su ortografía y puntuación, sin introducir cambios de otro tipo en el texto.
El poema completa en cierta manera la información sobre los escritores judíos de Ámsterdam que suministra la Relación de los poetas y escritores españoles de la nación judayca amstelodana, del mismo autor, que el lector español podrá encontrar en los Anexos de La Sinagoga Vacía, de Gabriel Albiac (6).
__________
Notas:
(1) David Jesurun, el Poeta Niño. Véase Franco Mendes, David: Memorias do estabelecimiento e progresso dos judeos portugueses e espantes nesta famosa citade de Ámsterdam, Van Gorcum-Assen/Ámsterdam, 1975, p. 10.
(2) Israel Garzón, Jacobo: ‘Juan Pinto Delgado, el poeta de la destrucción de Jerusalem’, actas de próxima aparición.
(3) Díaz Esteban, Fernando (ed): Los judaizantes en Europa y la literatura castellana del siglo de Oro, Letrúmero, S. L., Madrid 1994
(4) Han den Boer: La literatura sefardí de Ámsterdam, Instituto Internacional de Estudios Sefardíes y Andalusíes, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, 1996
(5) Barrios, Daniel Levi de: Estrella de Jacob sobre flores de Lis, Ámsterdam, 1686
(6) Albiac, Gabriel: La Sinagoga Vacía. Un estudio de las fuentes marranas del espinosismo, Hiperion, Madrid, 1987, pp. 481-485
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(*) Jacobo Israel Garzón, ingeniero, director (entonces) de la revista ‘Raíces’ y autor de numerosos libros de temática judeo-española.
(Tomado del suplemento de la revista ‘Caminar Conociendo’, FONTANA SONORA, página X, del nº 5. Julio de 1996)
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