Por Juan Antonio Bardem (*)
En mayo de 1955 fui jurado del Festival Internacional de Cannes. El productor Manuel J. Goyanes presentó allí, fuera de concurso, nuestra película “Muerte de un ciclista”.
Recuerdo que cogí una pequeña insolación en la playa del Hotel Martínez en la Croicante en día antes de la inauguración del Festival, fecha elegida para la constitución del Jurado. Conseguí ese mismo día –antes de la insolación, claro- ponerme en contacto con la actriz norteamericana Betsy Blair- que estaba ya allí para la presentación de su película “Marty”- y le entregué una sinopsis “Calle Mayor”, unos diez folios. Ese proyecto ya tenía el visto bueno de Manolo Goyanes y su “nihil obstat” para contactar a Betsy Blair, aunque ni él ni la misma Betsy se podían explicar mi absoluta fijación incorporase al personaje de Isabel, en esta historia emanada de “La señorita de Trévelez” de D. Carlos Arniches.
Bueno, “Muerte de un ciclista” ganó (‘ex-equo’ con “Raíces” de Benito Aleaba) el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI). “Marty” ganó la Palma de Oro.
Lamentablemente, la película oficial española “Marcelino pan y vino” no consiguió nada, a pesar de mis “denodados” esfuerzos para que apareciese en el Palmarés Oficial. Bueno, me equivoco: una mención a Pablito Calvo compartida con otro actor niño hindú (Yo me hice hacer una carta del jurado, que presidía Marcel Pagnol, y que firmaron todos, en la que se reconocían esos mis “denodados” esfuerzos porque el film de España tuviera un premio). Quise tener esa carta, como una especie de salvoconducto, porque yo sí sabía que me la estaba jugando. A la salida de cada reunión del jurado me esperaban, inquisidoramente, el productor de la película D. Alfredo Navasqües (Estudios Chamartín, Distribuidora Chamartín, Banco de Vizcaya) y D. Fernando Casanova (Presidente del Sindicato Vertical de Espectáculo) y otros “oficiales” que ahora no recuerdo.
Volví a Madrid en el chevrolet de Manolo Goyanes, con el premio, el sí de Betsy y ese artículo del semanario “Arts” donde se decía que yo era uno de los cinco mejores directores del mundo en ese momento. ¡Qué cosas! O sea que era la felicidad total, al menos para mí. Por eso tuvimos que detenernos en Carcasonne para que me sacaran una muela que me estaba matando. (La conclusión filosófica de esa dialéctica felicidad-desgracia conformará, luego, una de las escenas de “Calle Mayor”; y en 1992 cuando rodaba “El joven Picasso” incluyo una escena en París, ‘chez’ Gertrude Stein, donde Apollinaire recita un bellísimo poema: “Non, je n’ai jamais vu Carcassonne”.
Madrid, por fin. Pero ni veinticuatro horas. José Ángel Ezcurra me lleva en su coche hasta Salamanca donde están a punto de empezar las “Primeras Conversaciones Cinematográficas Nacionales”. Justo a tiempo para poder decir eso, como militante del PCE, que llevaré a cuestas, orgullosamente ¡si señor!, de que EL CINE ESPAÑOL HOY (1955) ES POLÍTICAMENTE, INEFICAZ; ESTÉTICAMENTE, NULO; INTELECTUALMENTE, INFAME; INDUSTRIALMENTE, RAQUÍTICO.
¡Si, señor! Salamanca, un gran y democrático gol elaborado por nosotros, los cineastas y algunos militantes del PCE, junto con espléndidos “compañeros de viaje”.
Vuelta a Madrid. Empieza a hacer un calor de muerte y tengo que escribir aún el guión de “Calle Mayor” para empezar el rodaje antes de fin de año. Hay que buscar la coproducción, preferiblemente con Francia, buscar la financiación, preparar la película, etc. Para ello, el guión es fundamental e imprescindible.
Hay que buscar un lugar agradable, cercano a Madrid (por eso del ir y venir) con mejor temperatura que este horno y no muy caro. María, mi mujer, dice: ¡Las Navas del Marqués! Y allí que nos vamos mi mujer, yo, nuestra hija María (9 meses) y la máquina de escribir. Alquilamos una casa minúscula, pero suficiente. Tengo que tener terminado el guión lo más tarde el 1º de septiembre. La niña agarra la tos ferina, ya saben esa tos que guindada¿? que hacen que a veces priven ¡qué sustos! No sé ahora, pero entonces no había remedio eficaz. Sólo aguantar (la niña y sus padres).
Recuerdo que escribí con la portátil encima de las rodillas y había que estar siempre avizor para que la niña al cabo de los cinco golpes de tos no perdiese definitivamente el resuello.
A trancas y barrancas logré terminar el guión en el plazo previsto (Ediciones Plot ha publicado recientemente una edición “facsímil” del original mecanografiado por mí).
Tuvimos siempre momentos agradables, además de los puramente críticos. Venían amigos de Madrid a conocer a la niña (Paco Montero, Fernando Rey) y los abuelos (Rafa y Matilde; Juan Antonio y Victorio).
También hubo una reunión “magna” de los cineastas del PCE en Madrid, una reunión “oficial”, al aire libre, con el buen Dios como único observador. Vinieron: Federico Sánchez (nombre de guerra del escritor Jorge Semprum, que fue luego Ministro de Cultura con Felipe González, durante su militancia en el PCE), R. M. Suay, Eduardo Ducay, quizá Rabanal Taylor, no lo recuerdo bien.
Les leí lo que tenía escrito de “Calle Mayor”. “Federico Sánchez” se cabreó porque había puesto su “nombre” al “intelectual” de la película y desde entonces tuve que llamarle Federico Artigas (¿comprenden?, en los diálogos ponía sólo Federico, así que no había que corregir mucho) En la reunión se hizo lo habitual: analizar la situación política, discutir las líneas maestras de acción como cineastas y fijar el modo de ponerlas en práctica. Particular atención a “Objetivo” y “Nuestras Ideas” y otras publicaciones donde pudiéramos “entrar”.
Una cosa seguía estando palmariamente clara: la lucha por la democracia y la libertad en España y el derrocamiento de la dictadura de Franco.
Esto último lo conseguimos al cabo de unos días: exactamente 7480; y gracias a la ayuda, entre otros muchos, del buen Dios que hizo que muriese, “comme il faut”, en su cama el 20 de noviembre de 1975.
Juan Antonio Bardem, Madrid de 1996.
(Revista “Caminar conociendo”, número 5. Julio de 1996)
(*) J. A. Bardem fue director de cine. Autor, entre otras, de las películas: Calle Mayor, Muerte de un ciclista, El joven Picasso, Vida de García Lorca...
(*) J. A. Bardem fue director de cine. Autor, entre otras, de las películas: Calle Mayor, Muerte de un ciclista, El joven Picasso, Vida de García Lorca...
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