viernes, 9 de marzo de 2007

OVIDIO PÉREZ MARTÍN: 'Fragmentos del diario...'


FRAGMENTOS DEL DIARIO DE DON ALONSO QUIJANO, EL BUENO, HALLADOS EN UN LUGAR DE CUYO NOMBRE NADIE QUIERE ACORDARSE

Nota: una mañana del mes de abril, en mi buzón, encontré un pequeño paquete atado y lacrado. Estas ‘Memorias de don Alonso Quijano, era su misterioso contenido. Una nota me prometía ‘futuros envíos’. Desde aquí mi agradecimiento al anónimo remitente. Tal y como recibí estas memorias, sin faltar punto ni coma, las envío a la revista ‘Caminar Conociendo’

Fragmento primero


'Y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio'.
Cervantes


Fina ironía la de Cervantes cuando escribió esto. El mismo fue un gran lector y nadie le tomó por loco. Cuerdo y bien cuerdo hay que estar para escribir con tanto tino y fino ingenio como él hizo. Es de todos sabido que la lectura aviva el juicio y, si este se pierde, ayuda a restaurarlo. Si, además, por el mucho leer se duerme menos, por la misma razón se vive más. Yo siempre sembré mis tierras y recogí las mejores cosechas, lo que quiere decir que regía bien mi mollera. Pero donde Cervantes destila su mejor ironía es cuando dice: 'Rematado ya su juicio vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo y fue que le pareció convenible y necesario... hacerse caballero andante'. Todos sabemos que cualquier hombre que se precie, sin estar rematado en su juicio, mas bien en el mejor estado de lucidez, viene a dar en este razonable pensamiento: salir de casa e irse por el mundo, bien de caballero andante, bien de correcaminos, o de romero o... Lo que ocurre es que el ama, o la mujer, o los hijos, o el miedo, o el misterio, o todo ello reunido, hace desistir. Pero este es el más común pensamiento de los hombres. Todos deseamos ir a otra parte, pero son muy pocos los que se atreven. Algunos hacen el viaje de destierro dentro de su vecindad... De este razonamiento deduzco que Cervantes ironizaba y, para no ser desterrado por anarquizante, lamaba locura a la cordura. Sin estar loco él fue correcamino y caballero andante. Pero, sobre todo, en cualquier momento difícil construía puentes para pasar de su situación real a países imaginarios, aventura propia del que en nada se parece a los árboles, que allí donde nacen mueren.



Copió estas memorias Ovidio Pérez Martín que es abulense, maestro de primaria y poeta; autor entre otros, del poemario 'Cuaderno'.

TOMADO DE LA PÁGINA IV DE 'FONTANA SONORA', SUPLEMENTO DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' NÚMERO 5 DE JULIO DE 1996


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