miércoles, 7 de marzo de 2007

SOLIDARIDAD NAVERA CON BIELORRUSIA

También Chaves se fue a Bielorrusia




SOLIDARIDAD NAVERA CON BIELORRUSIA



En 1995 la Asociación de Amas de Casa de Las Navas del Marqués organizó la acogida de niños bielorrusos como solidaridad con los afectados por la explosión de la Central Nuclear de Chernobil. Se cumplían diez años de aquel suceso. Al respecto y como recordatorio de la catástrofe y por si la experiencia pudiera servir a otros, la revista ‘Caminar Conociendo' se acercó a esa asociación para entrevistar a sus dirigentes.

Caminar Conociendo – ¿Cómo surgió la idea de acoger en vuestros hogares niños bielorrusos?
Amas de casa – Por puro azar: una navera que vive en Alcorcón (Madrid) nos habló de que se había hecho eso por allí; ella había tenido uno en su casa.
Caminar Conociendo – ¿Qué os movió a materializar esa idea oída a la señora de Alcorcón?
Amas de casa – Nuestra sociedad esgrime la solidaridad continuamente: la palabra solidaridad; solidaridad por aquí y por allá: mucha solidaridad, a veces de boquilla; y pensamos que había que ponerla en práctica; guardábamos algún conocimiento –no mucho- de lo que había pasado en Chernobil por los medios de comunicación; sabíamos que esos niños necesitaban, para curarse de las consecuencias producidas por la contaminación, otros climas y alimentos, ‘limpios’, puros: leche, verduras, pescado… En resumen: decir que nuestra motivación fue un impulso solidario con el fin de mejorar su salud.
Caminar Conociendo – Y dicho y hecho, ¿no?
Amas de casa – Mas que ‘dicho y hecho’ habría que decir ‘manos a la obra’.
Caminar Conociendo – Eso.
Amas de casa – Queremos decir que no es fácil como se pueda pensar en un primer momento el conseguir que unos niños de un país extranjero se trasladen a otro. Y se comprenden las trabas: es mucha responsabilidad.
Caminar Conociendo – Nos podéis decir que pasos disteis vosotras.
Amas de casa – Primero conseguir la aprobación de nuestra Asociación de Amas de Casa legalmente constituida. Lo decimos porque solo puede hacerse por medio de organizaciones o instituciones. Un particular no puede hacerlo, bueno, ¡qué exageración por nuestra parte!, por poder si puede, pero es muy difícil conseguirlo. Convocamos una asamblea de asociados e invitamos al pueblo por medio de carteles informativos. Allí se decidió. Hubo que convencer a algunas personas que tenían voluntad pero una cierta resistencia por miedo a que las enfermedades fueran contagiosas. Era comprensible esa reticencia; no todos estaban enterados que la naturaleza de las enfermedades producidas por las partículas radioactivas no es contagiosa.
Caminar Conociendo – ¿Y luego?
Amas de casa – La tramitación es larga. Se hace a través de la Embajada de Alemania en Bielorrusia, con una invitación oficial firmada ante notario; lo de la Embajada de Alemania se debe a que tras el derrumbe de la Unión Soviética se proclamó la independencia el 25 de agosto de 1991 pero no tiene representación diplomática en España, ni España en Bielorrusia… Al fin conseguimos 24 niños de edades comprendidas entre 9 y 12 años. A partir de esa edad ya no entran en los programas de acogimiento.
Caminar Conociendo – ¿Y si enferman estando con vosotros?
Amas de casa – Por de pronto pagamos 20.000 pesetas por billete, que incluye seguro y repatriación en caso de desgracia. Pero no solo eso, en todo momento están bajo la responsabilidad de monitores –uno por cada 15 niños, nosotras conseguimos 2 monitoras- que deciden sobre imprevistos; en caso de duda se ponen en contacto con los padres y la asociación de ayuda a los enfermos por la explosión de Chernobil…
Caminar Conociendo – ¿Hay una asociación española? ¿Gubernamental?...
Amas de casa – No, no: bielorrusa; y no es gubernamental. Es como llamamos aquí en España una ONG: ‘Ayuda Independiente a los Niños (Independent Children’s Aid). Tatiana Kot (Presidenta) o Luzmila Gopioshkina (Coordinadora del programa español) en Belarus (Bielorrusia) Moskovskaya 18, Minsk 220001, telf: (0172) 255.106; fax: (0172) 254.534…
Caminar Conociendo – ¡Ah!... Seguid, seguid; y perdón por la interrupción.
Amas de casa – Decíamos que las monitoras se ponen en contacto por teléfono, si no se atreven a decidir por su cuenta; por ejemplo: para llevar a una niña a Ávila capital al médico fue necesario pedir autorización a la asociación bielorrusa y a sus padres; así mismo los incluimos en la Seguridad Social; y también abrimos una cuenta bancaria en las gentes naveras depositaron donativos por si acaso, para cualquier emergencia: nunca se sabe lo que puede pasar.
Caminar Conociendo – ¿Qué enfermedades padecen?
Amas de casa – Los efectos de las partículas radioactivas en el organismo son devastadores: tienen discinesia de los conductos biliares, padecen anomalías de nacimiento en la vesícula biliar, enfermedades alérgicas, dolores de abdomen, se quejan de vértigos, cansancio excesivo acompañado de palpitaciones, vomitan o tienen náuseas después de las comidas, diarreas que se alternan con periodos de estreñimiento; reducidas las posibilidades del organismo: falta de oxigenación de la sangre, poca capacidad para el trabajo, etc…; también se ha detectado la llamada ‘vejez prematura’: no quieren moverse, ni salir de la habitación; e incluso enferman de leucemia o linfopenia; en fin, todo un cuadro.
Caminar Conociendo – Si queréis consignamos las ayudas recibidas: de organismos, personas…
Amas de casa – No, no, la lista sería interminable. Quien más quien menos todo el pueblo se mostró solidario: el Ayuntamiento, la Parroquia, la Biblioteca, el Colegio, el Castillo de Magalia, médicos, dentistas, comercios, numerosísimas personas… la inmensa mayoría.
Caminar Conociendo – ¿Qué impresión le causó a los niños la llegada?
Amas de casa – Llegaron de noche muy cansados y lo que querían era irse a la cama.
Caminar Conociendo – ¿De dónde procedían?
Amas de casa – Venía de la aldea de Veliatichi de un departamento o provincia cuya capital es Borisov; la aldea debe tener 4 o 5.000 habitantes, similar a Las Navas, aunque la población está diseminada en caseríos como las aldeas de Galicia, Asturias…
Llegaron muy cansados pues las comunicaciones, por lo que hemos averiguado, son bastante malas por esa zona; hasta arribar a Minsk, la capital del estado, tardaron bastante y luego muchas horas hasta Moscú; en total hasta el aeropuerto de Barajas en Madrid 18 horas de viaje.
Las vías de comunicación deben ser como nuestros caminos por los años sesenta; incluso el nivel económico puede que sea parejo a sus carreteras; nosotras, por lo hemos oído contar a nuestros padres, lo hemos comparado a la España de los años 50 o 60.
Caminar Conociendo – O sea que su venida a Las Navas fue como un caramelo que al irse se lo habéis quitado.
Amas de casa – No, no. En absoluto: mejoraron su salud y con eso el objetivo estaba conseguido; pero incluso utilizando el símil del caramelo: su sabor le quedará para toda la vida, han conocido otras gentes, distintas tierras, han visto otro mundo y eso no se va nunca, jamás. Y el cariño que les hemos proporcionado tampoco.
Caminar Conociendo – Los niños, ¿qué decían?
Amas de casa – Difícil saber lo que opinaban; primero por el idioma que es una barrera casi insalvable y luego porque son niños; se les veía alegres, jugaban con los otros niños, se integraron en la vida navera todo lo puede uno integrarse en 28 días.
Caminar Conociendo – Siempre que aterriza uno en tierra extraña choca con las costumbres, el carácter, la religión etc… ¿No hubo roces?
Amas de casa – No hubo tiempo para los roces; tenían todo él ocupado: 3 horas para las clases diarias –y es que ellos siguieron sus estudios- impartidas por las monitoras en un local proporcionado por la Parroquia, viajes constantes a un sitio y otro dentro y fuera de Las Navas… No, no hubo posibilidad de roces. En cuanto al carácter… naturalmente cada pueblo tiene su carácter y eso se nota en las niños.
Caminar Conociendo – ¿Y la religión?
Amas de casa – Bielorrusia ha sido y es un crisol de culturas que ha hecho posible que una iglesia ortodoxa, una catedral polaca-católica, una sinagoga judía o una mezquita musulmana pueden estar frente una a otra; la dominante ha sido la ortodoxa pero tantos años en el anterior régimen que prohibió su culto y transformó los templos en museos ah hecho que no todos conservaran sus creencias; queremos decir que había niños que tenían creencias religiosas y otros no; una anécdota que sin ser general es significativa: un domingo a una niña se le invitó a ir a la iglesia católica; dijo que si que ‘ella católica’; luego no quiso volver; nos dimos cuenta que en realidad no sabía lo que significaba la palabra ‘católica’. Otros, sin embargo, si que iban a las ceremonias religiosas. De todas formas no ha habido choque alguno: el secreto está en que hemos respetado su libertad de creer o de no creer, su idiosincrasia en suma.
Caminar Conociendo – Por lo que manifestáis Bielorrusia es un mosaico multicolor.
Amas de casa – Así es y en España lo podemos entender muy bien ya que convivimos juntos: castellanos, vascos, catalanes, gallegos… allí es muy parecido: rusos blancos, rusos, ucranianos, judíos, polacos, tártaros…
Caminar Conociendo – Pero, sino roces algún impacto habréis notado en los niños.
Amas de casa – No podemos contestar a eso pues no nos quedó mucho tiempo para dedicarlo a cada niño en particular: como ya hemos dicho –aparte del idioma- estábamos de viaje permanente; podemos decir que se sorprendían muchísimo en los supermercados quizás porque allí eso no lo tienen y que nosotros nos lo explicamos por el relativo atraso de de 20 o 30 años con respecto a nosotros.
Caminar Conociendo – ¿Por qué decís relativo atraso?
Amas de casa – Sencillamente: hemos observado, todo hay que decirlo, que su nivel cultural es más alto que el nuestro, mucho más.
Caminar Conociendo – ¿Cómo han entendido los bielorrusos vuestro gesto solidario?
Amas de casa – Barruntamos que lo estiman como una correspondencia con la acogida que ellos dispensaron antaño a los niños del bando republicano en nuestra guerra del 36-39; y lo sospechamos por las conversaciones con las monitoras, alguna de ellas había aprendido el castellano de uno de los exiliados republicanos españoles; pero en nuestra motivación no ha influido la memoria histórica sino la simple solidaridad humana; eso no quiere decir que no reconozcamos la generosidad del pueblo bielorruso para con el pueblo español en aquellos años difíciles, lo reconocemos, pero no nos ha movido eso.
Caminar Conociendo – Vuestros hijos, ¿han aprendido algo?
Amas de casa – Principalmente a ser solidarios: has visto que a ellos les sobra y otros no tienen; y a ser menos caprichosos: antes pedían una nueva prenda porque la anterior no les gustaba, ahora menos.
Caminar Conociendo – ¿La asociación y sus miembros han descubierto Bielorrusia?
Amas de casa – Más, mucho más: hemos descubierto el lenguaje del cariño y a otras familias que, aunque lejos, nos hermana sentimientos parecidos.
Caminar Conociendo – Mantenéis con los niños y sus familias.
Amas de casa – Si, nos carteamos y a veces nos llamamos por teléfono.
Caminar Conociendo – ¿Volveríais a hacer lo mismo?
Amas de casa – Lo vamos a hacer en breve: está ya todo preparado y negociado y en julio, para cuando salga la revista, ya estarán en Las Navas.
Caminar Conociendo – Habéis hecho alusión varias veces a las estrecheces que pasamos los españoles por los años 50-60 y nosotros no nos resistimos a la tentación de leeros un párrafo de un escritor, Manuel Blanco Chivite, que colaborará en este número de la revista que va a estar dedicada al término caminar y que dice así: “El viaje, el camino, la andadura nos libera, nos enseña, nos da pan y trabajo –al menos eso encontraron tres millones de españoles en la Europa de los sesenta y otros muchos antes en Venezuela, México, Argentina, Cuba…- y nos conecta con el mundo. Los demás no sólo existen. Es posible ir y verlos, tocarlos, hablar con ellos. A veces, comprobación tan elemental, resulta sumamente necesaria para no perder de vista una verdad tan evidente como olvidada: que todos en todas partes nos parecemos mucho sin dejar de ser diferentes”
Amas de casa – Eso; precisamente eso.

(Textos: José Mª Amigo Zamorano, Juan Carlos Álvarez y María Jesús García)

En ‘Fontana Sonora, suplemento de ‘Caminar Conociendo, páginas XII, XIII, XIV y XV del número 5 de julio de 1996

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